domingo, 8 de julio de 2012

UN CALACEITANO EN EL TALLER DE GOYA


FELIPE ABÁS ARANDA, FUE PINTOR MUNICIPAL DE MADRID

 
                                                        
Texto y fotografías: MARÍA TERESA AGUILÓ SANMARTÍN
                                                                                  
(Miembro de Fijetespaña)





Que Calaceite es un precioso pueblo de la provincia de Teruel lo sabemos los que hemos nacido en esa Villa, los que viven en ella y los que la visitan. Pero lo que ignorábamos muchos, es que entre los hijos de este pueblo sobresalió un pintor llamado FELIPE ABAS ARANDA al que Don FRANCISCO DE GOYA Y LUCIENTES hizo su discípulo y nombró pintor del Ayuntamiento de Madrid.

Esta información me llegó por un amigo de la infancia, Miguel Berenguer Gascón, al que quiere mucho nuestra familia y que vive en un pueblo cercano al mío llamado Valjunquera, cuya afición a la lectura le ha llevado a ser un estudioso de cuanto se relaciona con el Bajo Aragón.

Para despertar mi curiosidad periodística, fue suficiente esta información de Berenguer y, llevada de entusiasmo, escribí al actual alcalde de Madrid para que me pusiera en contacto con la persona idónea y así localizar datos y, en su caso,  la obra del artista, ya que fue pintor del Ayuntamiento de Madrid por designación del propio Goya. Por indicación del alcalde Sr. Ruiz Gallardón, me contesto la Concejal de Estudios y Programas informándome que daba traslado de mi carta a la Concejal de Gobierno de las Artes del Ayuntamiento de Madrid y por indicación de ésta, se me informo desde la  Dirección de Patrimonio Cultural, que en las colecciones municipales no hay constancia de ninguna obra de este autor, pero que igualmente, trasladaban el tema al Museo Municipal para que fuera atendida mi solicitud.

Consultando la enciclopedia Espasa Calpe, confirmé parte de la información que Miguel Berenguer me facilitó y pude leer que “ Abás (Felipe) nacido en Calaceite en 1.777 y muerto en Madrid en 1.813, fue discípulo de Goya y dejó varios retratos de Carlos IV y de su primera  esposa. Fue pintor del Ayuntamiento de Madrid”.

También en los programas de la exposición “Goya y lo goyesco “, que se realizó en el Palacio del Torreón de Lozoya, en Segovia, en los meses de Junio a Agosto del 2003, se habla y se reseña el nombre del calaceitano Felipe Abás.

Como considero interesante, aunque sea insuficiente, la información obtenida sobre este personaje que enaltece a nuestro pueblo, me ha parecido oportuno ofrecerla seguidamente: En el año 1.777 nace en Calaceite el 30 de Abril,  Felipe Abás Aranda, y es bautizado el 1 de Mayo. Es el tercero de los hijos del matrimonio que contrajeron Manuel Abás y Francisca Aranda en 1.770. Ingresó como alumno, en la Academia de San Luis de Zaragoza en 1.793 y recibe de esta Academia el primer Premio de Primera Clase de Pintura y es reconocido posteriormente por la misma como Académico Supernumerario. Continuó sus estudios en Madrid, bajo la dirección de Don Francisco de Goya y optó en los años 1.802 y 1.805  a los Premios de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, aunque no los consiguió. De su obra, llegaron al Museo Provincial de Zaragoza dos cuadros: “El Samaritano” y “ Jesucristo Resucitado”, copias de dos obras de Goya”.   El Museo me confirma que sólo hay un retrato de Don Manuel del Castillo.

Pero hay una cuestión sin resolver: Según el folleto de presentación de la exposición    “Goya y lo goyesco”, “los discípulos y colaboradores del Taller de Goya no se relacionan directamente con el trabajo del maestro y tampoco se relacionan las obras que de ese Taller salen”. “La gran demanda de retratos reales por parte de organismos oficiales y encargos particulares, con motivo de la llegada al Trono de España de los reyes Carlos IV y María Luisa de Parma, tuvieron necesariamente, que contar en el Taller de Goya con  colaboradores y discípulos para reproducir tantas pinturas. Mas apenas se conocen obras de éstos: Ascenio Juliá, Luis Gil Sanz, Felipe Abás Aranda, León Ortega, Dionisio Gómez Coma, Rosario Weis...”. La enciclopedia Espasa coincide también en esa opinión, cuando habla de Goya: “En 1789 pintó los primeros retratos de Carlos IV y de su esposa. Difícil es que todos los que de estos reyes se atribuyen al artista, sean realmente de su pincel”.

Por su parte en el  Boletín de Historia y Geografía del Bajo Aragón, al tomo II, citando  la “Galería Biográfica de Artistas Españoles del siglo XIX”, de Ossorio y Bernard, en su segunda edición ampliada ( Madrid 1883- 84), se apunta entre los trabajos del pintor calaceitano los retratos del Príncipe Fernando, después rey de España y de su primera esposa, dos autorretratos, y un óleo de una de sus hijas, varias miniaturas, dibujos y un boceto representando a Santa Orosia, cuyo cuadro iba destinado a la iglesia de Calaceite, pero que nunca  terminó porque le sorprendió antes la muerte. Este proyecto lo concibió en honor de su abuela Orosia; de ahí la elección de la Santa. También se cita entre la obra de Abás, el Retablo de San José para una iglesia de Aragón, sin decir cual , y se habla de la colección que la familia conserva en la que figura un óleo del Papa San Gregorio.

En 1.813 Goya le otorgó el título de pintor del Ayuntamiento de Madrid; pocos días después del nombramiento,  Abás Aranda murió, cuando sólo contaba 36 años de edad. 

El gusto artístico de Calaceite no sólo ha tenido exponente en éste y en otros  artistas habidos a lo largo de su historia. También llegaron de otros lugares en diferentes épocas quienes ayudaron a la conservación del rico patrimonio cultural y dejaron su  arte en la iglesia parroquial, tan admirada y envidiada en el Bajo Aragón. Así leemos  “en las cuentas municipales de 1.637 las citas de algunos de los pintores que hacen referencia al retablo del Altar Mayor como la de  Armingot, apodado “lo pintó“, por la visura que había hecho de la pintura del retablo aludido, recibiendo por su trabajo 18 libras jaquesas, el 8 de agosto de 1.637. Y de  Juan de Asín, que en 1.658, se asoció al pintor flamenco Godofredo de Stanimola para “trabajar  al  aceite el retablo de las Ánimas, que en la Iglesia Parroquial de Calaceite le encargaron  los Jurados de la Villa, conforme a la traza que se diseña toscamente en la escritura del convenio”.  En esta escritura  “se especifican los asuntos de los compartimentos del Retablo y se exigen los fondos o campos de azul fino o blanco y las entretalladuras doradas. El precio de la obra asciende a 50 libras. No falta la acostumbrada  reserva de hacer visurar o inspeccionar la obra por  pintor idóneo”.

Todas estas pinturas, incluido el retablo del Altar Mayor, desaparecieron, y los bombardeos del año 1.936 destruyeron buena parte de la arciprestal iglesia pero no del todo la magnífica fachada barroca que abre el Templo en tres puertas, todas ellas cuajadas de clavos forjados en gran relieve. En la reconstrucción de la iglesia tuvo especial empeño el Párroco Mosén Vicente Ortí Sebastiá, que consiguió su propósito con apoyo eclesiástico, oficial y particular. Hay que destacar el hecho de que, en Diciembre de 1941, Don Agustín Aguiló Segarra, entonces alcalde de la Villa , acordara hacer una contribución en metálico para la obra, y encabezara en el Consistorio, una moción invitando a los vecinos a una contribución personal de dos jornales o su equivalente en pesetas.

Hoy el Templo, tras  su solemne consagración celebrada el 12 de Octubre de 1.948, sigue asombrando al visitante por su esplendor. También es objeto de  admiración el señorío de los edificios que alinean las calles, circundan las Plazas, y se hacen notar en  bellos balcones y arcadas.

“Calaceite”, “Kalat - zeit”, es un pueblo que goza de reconocimiento histórico-artístico. Visitar Calaceite es encontrarse con su pasado árabe engalanado con detalles venecianos que se descubren en graciosos balcones. La fábrica de sus mejores edificios hace surgir a Italia en el recuerdo. Por otro lado,  la buena mesa justifica su inclusión en las mejores guías gastronómicas de España.

No siendo historiadora, sino periodista y amante de mi pueblo, he querido recoger estas notas dispersas sobre Felipe Abás Aranda con el afán de dejar constancia de una de las figuras notables de cuantas ha tenido la villa en que nací.